martes, 10 de noviembre de 2009

Yo

Siempre pensé de chica que algo no estaba bien en mí. Siempre la palabra especial aparecía. Nunca supe muy bien por qué, pero era algo que me resultaba evidente
El laborioso proceso introspectivo lo está sacando todo a la luz, y cuenta. Cuesta horas, días, semanas, meses, y seguramente toda mi vida. Me tranquilizo, tengo tiempo, apenas pasaron algunos años…
Todas las tardes, recorro el camino que lleva hasta la parada. Comparto el breve trayecto con otras personas que salen también del laburo en el mismo momento, de hacer trámites, de pasear y vaya saber de que cosa.
Y a veces los imagino enfrascados en sus pensamientos: ¿Qué hago de cocinar esta noche? ¿Pedro ya no me quiere más? ¿Estará bien lo que hice? ¡Quiero que llegue el fin de semana!
Los rostros se iluminan con ráfagas de ilusión o de preocupación, de incertidumbre o alegría. Consecuencia de fugaces accesos a una memoria falible o a un futuro extrapolado del momento presente, sólo el presente.
Un chico con corbata roja se sienta delante de mí, me llama la atención, se pone unos auriculares y una música estridente desborda de sus oídos para molestar a los asientos próximos. Le doy al play en mi celular (al que pude disfrutar sólo una semana) y continúo escuchando la radio y sobre cómo el condicionamiento social confecciona nuestra experiencia de la realidad. Que es lo que esta bien y que es lo que esta mal. Porque una mujer no puede comportarse de una manera y un hombre si. Me indigno. Pero después pienso y reconsidero sólo algunas cuestiones
Definitivamente, soy especial. Y me gusta.

Por Frida Emma

No hay comentarios:

Publicar un comentario